

Por otra parte, llama la atención el fuerte contraste entre una forma de vida más occidentalizada y la permanencia de costumbres más tradicionales impulsadas por un exacerbado sentimiento religioso y la falta de recursos de la población. En resumen, es una pena que un país tan rico esté gobernado por unos fanáticos religiosos que imponen su punto de vista contaminando de esa forma todos los aspectos de la vida social.

Lo peor: Comprobar in situ la censura brutal que ejerce el gobierno sobre ciertos aspectos de la vida cultural y ociosa de los iraníes y tener que acatar las normas musulmanas en cuestión de vestimenta femenina.

Te ha sorprendido: La preparación de la juventud iraní, con un gran porcentaje de universitarios, y sus ansias por establecer contacto con los extranjeros y conocer mundo. Existe un descontento generalizado con el actual gobierno, especialmente por parte de las mujeres, que son las peor paradas en la estricta interpretación del Corán. En cuanto a los monumentos, no me esperaba la cantidad de mezquitas de arquitectura tan impresionante.

Me he quedado con ganas de: Conocer otras poblaciones como Susa o Kerman, pasar una noche en el Caravaserai Zenoidin y recorrer el desierto. Si es que hay muchísimas cosas de ver pero no hay tiempo!!!!
Observaciones: Recomiendo viajar a Irán en primavera porque, además de ser una época en la que se puede disfrutar del esplendor de ciertas ciudades como Shiraz, se evitan posibles problemas con los transportes por motivos meteorológicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario