28 de febrero de 2008

¡¡Pío, pío!!

Sí, los pajaritos cantan y las nubes se levantan! El cielo está extrañamente azul más de un día y aunque los abrigos aún son prenda necesaria, atrás quedan los días en los que nos enfundábamos con bufanda, guantes y “boof”. La primavera está al caer.

Las últimas 2 semanas no han conllevado particularidad alguna. Acogimos con nosotros algunos días a un par de entusiastas del esquí que se animaron a venir a probar la célebre nieve de la cordillera Elborz (administradores del blog de nieve “linkado” a la derecha, muy completito); recibimos a una misión de siderurgia; degustamos la famosa paella de “Paco” y continuamos yendo a clases de farsí. Lengua de la que ya hemos visto todo su alfabeto árabe y con la que empezamos a familiarizarnos de manera precaria con los cuatro verbos y 10 palabras que manejamos. No es tan difícil, la verdad. Y al ritmo de 6 horas semanales quien sabe si después de 4 meses podré mantener un diálogo “apañau” con un local…

Además de ello, acudimos a un “acto social privado” realmente divertido, bien montado, multitudinario y de los que echábamos en falta. Y conocimos x otro lado a un nuevo valiente español que se viene a trabajar un año a estas denostadas tierras. Con él, con Roberto y con otros compañeros iraníes fuimos este sábado a esquiar, nuevamente a Dizín, y lo pasamos genial. Lo cierto es que siempre tiene que pasarme algo, y en este caso fue la fijación de un esquí mal puesta que para más jodienda terminó de soltárseme en lo alto de una cuesta; a eso le siguió mi equivocado intento de recorrer la cima de la montaña hasta la altura de la entrada de las pistas para acudir a los alquileres. Resultado: más de una hora cual sherpa surcando la nieve con los esquís en la mano. Con la “agradable” nieve polvo del lugar, que tiene la particularidad de hundirse mucho por ser más seca, etc, etc… vamos, con la nieve a mitad del muslo, y no exagero. Finalmente desistí y opté por dirigirme al restaurante en pos de Rob. Me calcé malamente los esquís y tiré para abajo cuando pude encontrar terreno propicio. Coger velocidad, soltarse el esquí no sé cómo y voltereta en plan Goofi fue todo en uno. Total, vuelta a andar hasta alcanzar una zona con menos pendiente, pelillos faciales congelados, nieve en los oídos… tras 2 pequeños percances más, logré llegar abajo y un buen samaritano “pister” me colocó la fijación en su sitio. Tras lo cual lo pasé en grande. Día despejado, buena y abundante nieve y afluencia media; adjunto fotos, una de ellas con el Damavand (monte más alto de Irán, de 5678metros) al fondo; otra del desfiladero a mitad de camino.

Y ahora se viene Lander una semanita, a ver q le parece esto. Escribiré al respecto.

P.D. He vinculado el mapa de Tehran en donde vienen señalados los ppales lugares de interés y en los que nos movemos. Es del informático del año pasado, por lo que los comentarios y viviendas no son los nuestros, pero se aproximan y vivimos muy cerca de donde señala.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy comprobando si te llegan mis comentarios esta vez. Si llega este, seguiré. VM

Fabián Aimar (faBio) dijo...

joer
pedazo de experiencia
seguire compartiendo tu blog
saldos

Xavi dijo...

No paras tio!! No paras de esquiar jodeeer!! Como te lo montas!!!

Un abrazo desde Copenhague!!

“Más vale una vez colorado, que ciento amarillo”

Sabio proverbio ;-)