16 de marzo de 2008

Irán visto por LANDER

Impresión general: Irán tiene un paisaje que resulta sobrecogedor. Montañas inmensas junto a desiertos infinitos. Hay un proverbio árabe que dice: “El Sáhara es el jardín de Alá, del que ha eliminado a todos los hombres y animales superfluos para poder pasearse en paz”. Eso mismo me viene a la memoria cuando recuerdo el paisaje de Irán. Por otro lado, me quedo también con la miseria que provoca el régimen, que embrutece. Opino que Irán está lleno de niños listos y adultos tontos, aunque de eso encontramos en muchos otros sitios…

Lo mejor: El viaje en sí, como siempre, y no porque piense que voy a encontrar algo mejor más allá, lejos de mi casa, sino por huir del tedio de los días repetidos. Cuando partes para un viaje, a quien tienes que decir adiós es a tí mismo. Por eso, tal vez, lo mejor del viaje fueron los dos días que estuve solo en Shiraz. Kipling escribió: “hay pocas alegrias igualables a la de entrar en contacto con un nuevo país". Tanto da que se hayan escrito sobre él enciclopedias enteras; cada nuevo espectador es, para sí mismo, un Hernán Cortés.

Lo peor: La contaminación de Teherán, que llega a ser insoportable; la intransigente y orgullosa superioridad de raza con la que predican algunos jóvenes (y no tan jóvenes). ¡Y el susto que pasé con los maderos en Shiraz! que pensaba que me iban a 'acompañar' a la comisaría o vete tú a saber donde...

Me ha sorprendido: Verle a Tuso chapurreando farsí. Me quedé helado. Muy bien! Y el tráfico de Teherán que es una locura. Ahora entiendo eso que leí encumbrándola en el primer puesto de las ciudades con más siniestralidad del mundo en los desplazamientos. Al principio muuuucho miedo. Luego, que sea lo que Dios quiera, o en este caso: insh Alá!

Me he quedado con ganas de: ...

Observaciones: Quiero agradecerle a Alalé y a su madre la hospitalidad con la que nos hospedaron; a Mostafá y sus primos por ese botellón de vino clandestino (hecho por ellos mismos) que me organizaron en un local de un polígono no sé muy bien de qué pueblo... al bellezón de Maryam, que hizo que la noche de espera en el aeropuerto de Shiraz pasara volando.
Fue genial conocerle a Nuño, que es un personaje de la hostia. A tus compis de piso que son de puta madre y a los dos espaghettinis. A los belgas y a todos los demás.

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“Más vale una vez colorado, que ciento amarillo”

Sabio proverbio ;-)