12 de junio de 2008

EEUU 2: Las Vegas

Meca mundial del juego, Las Vegas ha sido tantas veces retratada en el cine y la televisión que a todo el mundo nos evoca algo. Yo tenía una puzzle de imágenes en la cabeza que abarcaba desde los Elvis en el salpicadero y las bodas “fast fud” hasta las películas de mafiosos y las mesas de Black Jack rodeadas de tragaperras. Por supuesto, pasando por imágenes de voladuras de grandes edificios, veladas de boxeo, lujo y secuencias de Leaving Las Vegas, Showgirls, Oceans Eleven, Rain Man, etc. Sin olvidar que es uno de los destinos de marcha de Isa, claro.

Así que ahí iba. A ver qué hay de cierto. Cuánto de cartón y cuánto de piedra.

Por de pronto, el alojamiento a cuenta de la feria a la que acudía Isa era acorde a nuestro glamour, g, g. Una suite (es que no hay otra cosa en el centro de Las Vegas…) en una torre del MGM (la Metro, con su leoncito y todo), uno de los casinos más reputados del Strip de Las Vegas (calle central a cuyos costados se levantan todos los emporios del juego y el espectáculo). Bien. Muuuuy bien. Mientras Isa cubría la feria de joyas que se celebraba (mira que es que escoge unos sectores más chic…), yo me dediqué 2 mañanas a descansar y pulular por los distintos hoteles de la zona. Porque Las Vegas es eso. Hoteles. Ahora bien, ¿Qué hay dentro de los hoteles?

Vicio. Dinero flotando en el ambiente y mucho vicio. Es como un parque de atracciones del dólar. Los hoteles albergan las boutiques de los mejores diseñadores, los restaurantes de los mejores chefs (sucursales de su principal establecimiento), los mejores espectáculos de variedades y magia; así como espectáculos de viejos músicos o combates de boxeo; a pie de calle o en los sótanos siempre hay inmensos casinos con interminables máquinas tragaperras alternadas con mesas de juegos de cartas, ruletas y mesas de dados… los hoteles son además parques temáticos de alguna región: Egipto, París, Roma, Venecia, la América Colonial, NY… con techos simulando cielos despejados en el interior del hotel y alguna réplica bastante conseguida como la del Hotel Venecia y su Gran Canal y Piazza de San Marcos. Por otro lado, la avenida está atestada de hispanos repartiendo “flyers” de golfillas que dicen acudir en 20minutos a tu encuentro por un módico precio… como curiosidad, decir que mientras estás jugando las camareras “sexys” que circulan por las mesas y máquinas ofrecen bebidas gratuitas a los apostadores. Todo por la pasta, todo por el vicio.

En fin, también vimos la primigenia ciudad, el Downtown, que hoy es la zona “cutre”, el primer (o el último…) paso para hacer dinero en la ciudad; y fuimos a un espectáculo muy, muy bueno: Le Reve. Viene a ser una especie de “Cirque Du Soleil” pero representado en un teatro circular con un escenario con multiples plataformas que se transformaba en piscina en distintas fases y en la que se zambullían los bailarines tras realizar piruetas inverosímiles. La leche.

Las Vegas me gustó. Para estar 2 días, eso sí. Opino que esta “ciudad” no es otra cosa sino un motel de lujo al que ir cuando se va sin rumbo por la carretera. Para ir de fiesta, para desconectar. Tiene ciertas similitudes con Dubai, creo yo.

Como anécdota, decir que cuando tras el espectáculo nos acercamos a un Casino (nada menos que al del Palazzo…un hotel de lujo, vaya) con intención de echar unas manos de Black Jack, me sentí como el Pan de hogaza. De pueblo, pueblo. Claro, Isa, alentada por comentarios míos en los que le señalaba que me gusta el Poker y las cartas, debía pensar que iba a romper la banca con mis 50$... total que cuando pierdo 10 a la ruleta y me siento con el resto de mi fortuna a una mesa de Black Jack que indicaba un mínimo de 25$ (ingenuo de mí, pensaba que era el mínimo que cambiar o algo así)… “Quiero jugar” “Muy bien, cuánto le cambio?” “Tome 40” (cara de pena de la croupier – y de los ludópatas) “ Este… si quieres te cambio 25 por una ficha, pero no preferirías jugar en alguna mesa de 15$ para tener al menos 2 fichas?” (trato de mantener la compostura, percibo que Isa comienza a dudar que haya visto una carta fuera de correos…) “sí, claro. Tienes razón. Será mejor eso”… Joder! no creía que las 20 fichas que tenían los colegas eran de 25$ cada una. Y así en el resto de las XXX mesas de ese casino y de otros tantos del dichoso Strip. Me sentí como un adolescente que se presenta a las puertas de Arzak con 5€ preguntando por una comida “Sí, chaval, si quieres decir que has comido aquí, te servimos una ración de pan, pero casi mejor que te largues y te tomes un bocata en el Juantxo…” Pues eso. Con las orejas gachas. Claro que luego lo pensé, y digo yo, ¿No serán ellos los paletos? Jugarse (gastarse) semejante pastizal sentados como borregos destapando cartas… me alegro de no haberme sentado a su lado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja

Muy bueno, siempre he querido ir a Las Vegas.

Seguro que es como Torremolinos o Benidorm, pero con Strippers más guapas.

P.d.: Con los casinos mucho ojo jajaja.
Yo acabé un día (al principio de mi estancia) en uno por Sofía y bueno, gané 2 levas (~1 euro), pero el que iba conmigo palmó bastante

Camila dijo...

La ciudad de Nevada, es una de las que muestran y bridan mayor diversión. Hay muy buena disponibilidad de hoteles en las vegas, y los mismos son muy lujosos y en ellos se realizan diversos espectáculos y shows

“Más vale una vez colorado, que ciento amarillo”

Sabio proverbio ;-)