15 de septiembre de 2008

Tabriz y Kandovan

El finde pasado fui al noroeste de Irán (FOTOS AQUÍ). Porque me queda ya muy poquito en Irán y me ha entrado el gusanillo de "aprovecha ahora que estás, que vete tú a saber cuándo vuelves y cómo está" y aún me quedaban un par de sitios a los que ir en otros tantos fines de semana. Bueno, alguno más, pero había que elegir, porque lo que tiene un país tan grande es que cualquier punto exige un largo desplazamiento, y tampoco es cosa de coger 4 vuelos en 2 días, porque ni las conexiones satisfacen las combinaciones que querría, ni me apetece volar más de lo necesario en los Fokker o Tupolev iraníes.

Parque principal de Tabriz. Irán.Así son las cosas, que como el plan no sedujo a ningún colega tiré en autobús nocturno 9 horas hasta Tabriz, principal ciudad de la región iraní más cercana a Turquía. Llegué a las 8 a.m. y tenía ante mí 14h en dicha población, que por de pronto anoté como diferencia respecto a Teherán que era más fría. 14h que yendo solo dan para mucho, pero ciudad que desgraciadamente da para poco... tiene un parque muy bonito, eso sí. Aparte de lo cual, tiene una clásica mezquita sin ninguna particularidad, una universidad con aparentes buenas instalaciones, 4 piedras que los arqueólogos identifican como ruinas de una fortaleza, y un bazar que por ser viernes estaba cerrado.

Cuevas de Kandovan. Irán.A media mañana, visto ya la mayor parte, opté por realizar una de las excursiones recomendadas. Acordé con un "cochero" el precio y tiramos para Kandován, población de montaña a 60km cuyas viviendas más altas las habilitaron en cuevas dentro de las curiosas formaciones cónicas que produjo la erosión del tiempo en ese preciso lugar. Forma que recuerda en cierto modo a las de una región de la Capadocia turca. Y en conjunto, un pueblo digno de ver y muy pintoresco, con lugareños muy humildes que maraña de cables eléctricos aparte, parecen vivir de modo similar a como lo hacían sus antepasados.

Por lo demás, bastante tiempo libre, el bendito Ramadán que me obligó a esconderme para malcomerme un bocata y una fanta, me tomaron por "kazajo" y me hablaron en no se qué idioma que hablarán por allá (normal con las pintas de baldarra que llevaba y con la barba que lucía) y me chupé 9 horas más de vuelta a Teherán. Y... 10 días, señores. Antes, unas coca colas, y un último viaje. See you soon!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hablan Azerí, una lengua turca. Increíble que no tuvieras ni idea.

“Más vale una vez colorado, que ciento amarillo”

Sabio proverbio ;-)